
Sega Sammy anunció a finales de marzo el cierre de su filial coreana, que gestiona máquinas y salones recreativos, y además distribuye y vende software de videojuegos. El recorte también iba dirigido a sus filiales europeas. Ya a principios de año, la compañía Sega anunció que recortaría 400 puestos de trabajo, cerraría 100 arcades, y abandonaría el desarrollo del complejo de ocio de Yokohama en Japón. Su año fiscal 2007, mostró una pérdida esperada de aproximadamente 261 millones de dólares .
Son tiempos difíciles para este tipo de locales de ocio, en gran parte provocado por las consolas de videojuegos y las nuevas tecnologías.
No solo Sega se ha visto amenazada, Namco Bandai ya decidió a tomar medidas drásticas cerrando cerca de 60 salones recreativos en Japón por falta de rentabilidad culpando también a los sistemas domésticos.
Para esta compañía, el boom de las videoconsolas caseras ha causado una falta de interés en el mercado de los salones recreativos. Como consecuencia de todo, ya redujeron sus previsiones de beneficios para el total del año fiscal hasta 107 millones de euros.
"Muchos de los tipos de juegos que la gente ha jugado en recreativas se pueden disfrutar ahora en casa," ha indicado Yuji Machida, representante de Namco Bandai. Las acciones de la compañía bajaron en febrero un 27%.
Recientemente, The New York Times informaba sobre la última fábrica de pinball en el mundo, Stern Pinball Inc. Su presidente Gary Stern pintaba un triste y dramático panorama: "El motivo de la muerte del pinball no es que la gente no le guste. Es que no hay ningún lugar para jugar!".
El descenso de las visitas y aumento los costes, está haciendo financieramente inviable este tipo de establecimientos de juego. Es muy probable que a medida que la tecnología evolucione el arcade podría dejar de existir, ya que los precios de las grandes pantallas, los sistemas de sonido e incluso los periféricos que utilizan, continúan descendiendo y están alcance de cualquiera en el salón de casa.
Aquí en España, muchos locales de juego sobreviven sin pena ni gloria. Se han convertido en tugurios que no invitan a entrar ya que son nidos de violencia e inseguridad. Las máquinas en la mayoría de los casos siguen siendo las mismas, juegos que en épocas pasadas estuvieron de moda pero que ahora ya han quedado desfasadas. No ofrecen nada nuevo a los usuarios que disponen de sus videoconsolas y ordenadores personales.
Reproduzco una reflexión de un jugón: “Si, es verdad, aún hay gente dispuesta a gastar unas cuantas monedas pero son los que menos, se va al salón para pasar el rato y quedar allí con los amigos. Si vas a un salón de los grandes (el del típico centro comercial, vamos) también veras a gente, más gente que en el de tu barrio pero tampoco como para tirar cohetes....¿qué es lo que está pasando?, ¿a qué se debe esto?, ¿es el fin de los arcades?”
En España, parece que algunos empresarios piensan que la solución está a golpe de decretazo, como ha sucedido recientemente en Catalunya con la contingentación de salones.
Ya va siendo hora de reinventarse, echarle imaginación, y quemar unos reglamentos que en vez de proteger al denostado sector lo asfixia definitivamente.
No sólo hay que hacer sólo acciones puntuales como el de un salón recreativo de Barcelona que invitó a Dani Pedrosa a jugar y retar a unas partidas de moto virtual a los chicos que estaban allí en esos momentos.
Está muy bien pero no es suficiente. Hay que marcar una estrategia y repensar el modelo de negocio.
¿Qué se les puede ofrecer a los jugadores para que dejen el sofá de su casa y su Nintendo Wii, y se desplacen a un salón recreativo para jugar?