
La compañía Bwin señalaba que habían ingresado 300 millones en este periodo, y creían que el sector ya atesoraba 1.500 millones de ingresos en estos primeros seis meses (en torno a un 10% de beneficio), y que acabaría el año con 3.000.
Es una cifra muy superior a los 1.200 estimados por la Asociación Española de Apostadores Deportivos por Internet (Aedapi).
He esperado un poco en decir algo, esperando ver algún tipo de reacción del sector. Pero, lo único que he constatado ha sido algún “copiar y pegar” de la referida noticia en algunos portales informativos y nada más! No ha generado ningún comentario.
Sin embargo,mi lógica interna me induce a creer que 3.000 millones de euros son una cifra sobredimensionada por bwin que dice tener un 20% de la cuota del mercado español, ¿no?
Hasta aquí los datos oficiosos sobre el juego.
En cuanto a los datos oficiales de juego (con tanta fluidez y transparencia informativa, y tanta eficacia y eficiencia administrativa que tenemos actualmente en España), uno sólo puede hacer algunas conjeturas al tener que manejar uno datos y cifras un tanto desfasadas.
No puedo entender a estas alturas del año 2008, sólo se dispongan de cifras del 2006. Difícilmente se pueden hacer análisis rigurosos sobre los juegos “legales” si las administraciones no son capaces de presentar los informes anuales del juego con mayor celeridad.
En pleno siglo XXI, las memorias del juego se presentan igual que a hace más de 15 años cuando los ordenadores trabajaban con microprocesadores Pentium I y con el Windows 3.1, y la banda ancha era una entelequia.
De vez en cuando algún organismo oficial o administración sueltan algunos datos parciales.
Ejemplos recientes los tenemos con la LAE cuando informaba del importante crecimiento que había experimentado La Quiniela por segunda temporada consecutiva superando los 567 millones de euros en sus ventas. Hablando de un crecimiento absoluto del 9,4% respecto de la temporada anterior.
Claro que si se hablase de crecimientos relativos comparados con otros juegos que compiten con la LAE, quizás no se tocarían campanas de gloria, y desde luego, menos cuando El País publicó a mediados de mayo que las apuestas online crecían en España y movían más dinero que las quinielas.
En fin, sin cifras y sin regulación es muy fácil seguir “demonizando” y criticando sin conocimiento de causa a compañías multinacionales europeas de juego online que operan con eficacia y eficiencia en el mercado español.
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