
Farmville es un juego social que permite a los usuarios administrar una granja virtual. Actualmente cuenta con más de 60 millones de usuarios únicos. Es la aplicación más popular en Facebook y posiblemente el juego de ordenador más popular del mundo.
Zynga, la compañía que está detrás Farmville, gana más de 150 millones de dólares al año con sus juegos sociales, y su juego rival, Playfish, ha sido recientemente adquirido por Electronic Arts (EA) por unos 400 millones de dólares.
Es difícil de explicar el fenómeno del gran éxito de estos juegos. Pero resulta que gran parte de la gran masa de jugadores muchas veces rechazan la complejidad de las consolas de videojuegos. Uno se pregunta por qué ahora que es tan difícil conseguir que los usuarios paguen por música, noticias y contenidos de vídeo online, muchos miembros de Facebook están dispuestos a gastar a parte de dinero real a cambio de bienes virtuales, tales como famosos tractores de Farmville. La respuesta no es fácil. Pero, es un hecho que el juego social va en aumento y no muestra signos de desaceleración.
Sin embargo, hay un lado sórdido del fenómeno social. Muchas de las más populares de redes de juego están plagadas de ofertas de marketing, unas que inducen a error y otras que son verdaderas estafas. Estos tipos de modalidades de premios que ofrecen juego a cambio de rellenar formularios o encuestas, a veces engañan a los usuarios suscribiéndolos a promociones no deseadas.
El propio cofundador de Zynga, Andrew Taylor ha reconocido que un tercio de los ingresos que obtiene Zynga los obtiene con este tipo de prácticas de marketing que son estafas. Esta declaración ha sido un escándalo y ha motivado que una serie de responsables de redes sociales y empresas de juego social, incluida la propia Zynga, se hayan pronunciado en contra de las referidas prácticas fraudulentas.
Pero cómo determinar si algo es o no es una estafa. Hay una forma fácil de averiguarlo, sólo con preguntarse si alguien compraría el producto o servicio si leyera la “letra pequeña” cuando la hay, o si las condiciones fuesen claramente expuestas. Seguro que muchas respuestas serían un rotundo no como en el siguiente ejemplo:
Un fraude típico consiste en ofrecer a los usuarios dinero propio del juego o puntos a cambio de rellenar una encuesta en la que se les formula cuatro sencillas preguntas. Por supuesto, las respuestas son irrelevantes y cuando el usuario llega a la última pregunta se les dice que el resultado de la misma se le enviará a través de un mensaje de texto. Entonces se le pide que introduzca su número de móvil, y que envíe un mensaje de texto a un código pin para entrar en el cuestionario. Una vez hecho esto, el usuario sin darse cuenta se ha suscrito a un servicio inútil por 9.99 dólares al mes.
Detrás de este tipo de fraudes están compañías como Tatto Media, y otras como Offerpal, SuperRewards y algunos desarrolladores de juego.
No todo es fraude todo lo que reluce...
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