Mientras que en EEUU algunos estados pretenden legalizar el
juego online y otros se resisten hacerlo, van apareciendo estudios que
contribuyen a la reflexión. Este último, “Internet Gambling: Keys to aSuccessful Regulatory Climate” de Steven Titch con un enfoque progresista, parte
de la base de que la gente es inteligente y responsable para tomar decisiones y
por tanto debería ser libre para jugar online, al igual que pueden hacerlo sin
impedimentos en los numerosos casinos físicos que se extienden por todo el país.
¿Cómo el gobierno puede adoptar y regular el juego online? Steven Tich muestra que muchos
estados americanos con problemas de liquidez están explorando nuevas maneras
de expandir el comercio y llenar sus arcas. En este sentido están considerando aumentar
el alcance de las loterías estatales a través de permisos de juego online. En
efecto, Illinois y Nueva York el año pasado recibieron respuesta del
Departamento de Justicia indicando que, mientras no se trate de las apuestas
deportivas, como juegos de azar no
violarían la federal Wire Act federal. Otros estados han tomado nota y están
examinando sus opciones sobre este flujo de ingresos fiscales potenciales.
Sin embargo, cualquier discusión sobre los juegos de azar
provoca controversia entre los ciudadanos y ciertos grupos de interés que los
legisladores deben abordar. En este informe se exponen los argumentos de
principios para legalizar las apuestas por internet, y recomienda un enfoque político
que podría crear entorno regulatorio “win-win-win” para consumidores, operadores de sitios de juego y gobiernos estatales. En consonancia con los
ideales americanos de libertad personal, los ciudadanos estadounidenses deben
tener libertad para jugar online, tal como es posible hacerlo legalmente en
todos los casinos del país. Es irracional e hipócrita que los estados que se
benefician de los casinos físicos o de las carreras de caballos intenten prohibir
luego las apuestas por internet.
Desde la perspectiva del consumidor, las apuestas por internet están para ofrecer un mejor valor para los jugadores de perfil bajo.
También ofrece importantes beneficios económicos a los estados:
Representa para América fuertes habilidades y crea una fuerte
demanda de puestos de trabajo TIC, lo que ayudará a los estados detener el
éxodo de graduados universitarios especializados en el sector de la tecnología a otras
partes del país. Este objetivo se trabaja conjuntamente con esfuerzos para cultivar un clima de
negocio que de la bienvenida a emprendedores y start-ups de la industria
tecnológica, y al mismo tiempo aumenten el empleo y los impuestos que estas
empresas aportan.
Se destaca como una oportunidad importante de ingresos para
los gobiernos estatales. Como Jeff Danielson, presidente provisional del Senado
del estado de Iowa, deliberadamente, dijo, "30 millones de dólares que se
escapen de la economía del estado, es un problema." continuó diciendo,
"Es una cuestión de comercio electrónico. Si Iowa tiene que competir, nosotros
tenemos que luchar a brazo partido con el hecho de que [las apuestas en internet] se puede hacer de manera segura."
Aunque es probable que los estados difieran en particularidades, por ejemplo, cómo deben estructurarse las licencias o cómo debe ser el régimen fiscal, un entorno de éxito para
legalizar las apuestas por internet es probable que derive de una serie de
principios fundamentales. Este informe recomienda una serie de pautas para los
legisladores estatales:
- Los consumidores están mejor servidos cuando existe una amplia
competencia. Los acuerdos que se tomen sobre la regulación y las disposiciones de concesión de
licencias, deben reflejar esto.
- El juego online tiene una estructura de costes diferente a
los casinos físicos. Los Estados deben comprender los menores ingresos, las
expectativas fiscales, la creación de
estructuras de impuestos y licencias para que sean compatibles.
- Los Estados deben evitar crear nuevas estructuras
tributarias y establecer gravámenes sobre
las cuentas de los jugadores o introducir
"cargos mano" que sean pagados directamente al estado. Cualquier
impuesto debe recaer sobre los operadores de juegos de azar por internet, no sobre
los jugadores.
- La regulación debe tender a proteger a los jugadores contra
el fraude y promover el juego limpio. No debe tratar de proteger a los
jugadores de ellos mismos. Tales regulaciones han resultado ineficaces y fáciles
de revocar.
- Los Estados no deben descontar que el mercado puede ser un regulador
eficaz. Analistas independientes de juegos han demostrado ser expertos en identificar
problemas de software y publicar sus resultados, mientras que los sitios de
información online, foros y grupos de discusión, todos ayudan a los jugadores a
tomar decisiones informadas en apuestas por Internet.
Resumiendo: Tratar a los jugadores de forma inteligente, reconocerles capacidad de obrar, ofrecerles una amplia oferta atractiva de juego, permitirles obtener premios libres de impuestos (que obviamente van a ir a cargo del operador), seguro que haría que bastantes jugadores no recurrieran al mercado negro. Mientras, no se así se da y se seguirá dando la causa-efecto: Juego regulado huida de jugadores...
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Nunca he entendido por que lo llaman el país de las libertades, cuando en realidad lo que tienen es una escala de valores diferente a la que estamos acostumbrados.
ResponderEliminarUn país donde cualquier ciudadano (incluso menor de edad) puede tener y usar armas de fuego, donde menores de 16 años pueden conducir automoviles, y en cambio se prohibe la entrada a menores de 21 años a locales donde haya billar, o se prohiben determinadas practicas sexuales incluso dentro del propio matrimonio.
Pero tampoco debe parecernos tan extraño, en España pasa algo parecido con el juego. Un jugador extranjero puede jugar al poker en un casino español contra jugadores españoles, pero no puede hacerlo on-line para "proteger" al jugadore español. Las maquinas recreativas (slots) estan permitidas en locales físicos, pero están prohibidas on-line por que se consideran "peligrosas".
Bajo mi punto de vista, todo lo que es legal off-line debería ser automáticamente legal on-line. Internet no es más que un nuevo canal de venta y distribución de unos productos y servicios que ya existían y estaban regulados antes de aparecer estas nuevas tecnologías.
Es un medio de venta más. Me parece bien que se regulen los mecanismos de venta, pagos, etc.. para evitar fraude, pero no entiendo por que al propio producto o servicio que ya estaba regulado y permitido se le tienen que aplicar unos criterios diferentes a la hora de decidir si se permiten o no.
Si una persona se quiere dejar la paga en una maquina "tragaperras" lo puede hacer igual en un bar o desde internet.