martes, 2 de septiembre de 2014

Mientras se espera a ver cómo evoluciona BCN World, Atlantic City agoniza y los ingresos de juego en Macao caen por tercer mes consecutivo… Todos a la caza de jugadores y visitantes en un mercado mundial de juego sobresaturado de oferta.

Mientras que el proyecto de BCN World sigue avanzando, aunque Veremonte el promotor todavía no ha adquirido los terrenos junto a PortAventura propiedad de La Caixa, todavía no queda claro si los casinos serán o deberían ser el eje central del macrocomplejo de ocio y juego visto lo que está sucediendo en otras latitudes.

Además de los empresarios de casinos, BCN World contará también con inversores hoteleros de la talla de Meliá, Hard Rock o el mismo PortAventura. 

A pesar de las muchas incógnitas, es seguro que se va a construir Ferrari Land. Si todo avanza según el calendario previsto, las obras de la compañía italiana deberían empezar ya para poder abrir en 2016.

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El pasado sábado, el País publicaba un interesante artículo sobre la muerte agónica de Atlantic City. Reproduzco unos cuantos fragmentos:

Atlantic City, no va más
La capital del juego agoniza. Este domingo cierra uno de sus casinos y lo harán dos dos más

“…Tres de los principales establecimientos echan el cierre en cuestión de días. El Showboat lo hará este domingo. El Revel, la joya del lugar, un espectacular edificio de cristal que costó 2.000 millones de dólares, lo hará el 2 de septiembre. El Trump Plaza tiene previsto suspender su actividad en un par de semanas. En total, más de 6.000 trabajadores a la calle —una cuarta parte de la fuerza laboral del juego en la ciudad—, que se suman a los del Atlantic Club, que pasó a mejor vida en enero. En los años 90 había 50.000 personas empleadas en los casinos. En la actualidad son la mitad, un retroceso tres veces superior al de cualquier otro sector del Estado.

Como si de un tsunami silencioso e invisible se tratara, casi todo en Atlantic City tiene aroma de fin de ciclo. Los comercios están casi vacíos, como las sillas frente a las tragaperras o las mesas de juego.
David G. Schwartz, director del Center for Gaming Research de la Universidad de Nevada Las Vegas, considera que los motivos de la depresión de Atlantic City son dos. Uno es ajeno: la saturación de un negocio que se ha convertido en fuente de recursos para casi todos los Estados, con casi 1.000 casinos comerciales y concesiones al pueblo indio en todo el país, además del juego online. “Hay demasiada oferta. No hay nuevos mercados y en el noreste el 50% de la población vive a menos de 25 millas de uno. El problema de Atlantic City no es único”, explica Richard McGowan, profesor de economía de la Universidad de Boston y experto en la industria del juego. “Si puedes apostar cerca de tu casa, para qué vas a conducir dos horas”, señala Schwartz.

El otro motivo es un pecado propio. Atlantic City ha sido incapaz de conformar una oferta de ocio que completara las ruletas. “La gran lección que nos ofrece Atlantic City es que no se puede depender sólo del juego si quieres atraer turistas. En Las Vegas, por ejemplo, sólo el 50% de sus ingresos procede del juego. El resto lo aportan los espectáculos, las tiendas y los restaurantes”, añade McGowan. “Atlantic City tiene que ofrecer algo más, porque ya hay más sitios para jugar en la región”, corrobora Schwartz a este periódico.

Los casinos se aprobaron en los años setenta en Atlantic City con la esperanza de animar sus alicaídos hoteles. El Resorts se inauguró en 1978 y fue el primer casino legal en la costa este. En aquel tiempo, el juego estaba en Nevada y en Atlantic City. Cada lugar siguió un camino distinto. Mientras Las Vegas diseñaba un inventario de ocio variado para jugadores y turistas, Atlantic City se dedicó al monocultivo de la ruleta y no reinvirtió el dinero en sus habitantes. “Pusimos todos los huevos en una sola cesta. El 80% de nuestros ingresos ha procedido de los casinos. Fue un despropósito”, lamenta el alcalde.

Desde 2006, los casinos de Atlantic City han visto reducidos sus ingresos un 50%, según los datos del Center for Gaming Research. Los ingresos totales de los casinos de Nueva Jersey fueron el año pasado de 2.900 millones de dólares (en 2006 fueron 5.200 millones), una cifra similar a la conseguida en 1989. Si se descuenta la inflación, la fecha se retrasa a 1981, cuando había nueve casinos en lugar de los 11 actuales. “Todavía tenemos seis o siete casinos que ganan dinero”, afirma John Palmieri, director ejecutivo de la New Jersey’s Casino Reinvestment Development Authority. “Había 12. ¿Podemos sostener nueve? ¿Nos quedaremos con seis o siete? Esta es la cuestión”.

Es el caso de Maryland, que abrió el Maryland Live Casino en 2012, mientras que Massachusetts legalizó este tipo de negocios en 2011. En Pennsylvania, donde los casinos comenzaron a funcionar en 2006, el juego ha aportado a las arcas del Estado unos 8.000 millones en impuestos y creado miles de puestos de trabajo directos: 16.000 en 2013. También se han abierto casinos en Delaware y Connecticut. Asimismo, los ciudadanos del Estado de Nueva York aprobaron la creación de nuevas licencias para casinos además de las ya existentes explotadas por tribus indias (se calcula que en 2015 abrirán cuatro establecimientos). “El problema de Atlantic City es que nunca ha sido una capital del juego como tal, a la que llegar en avión, como Las Vegas. Ha sido una capital regional, y cuando otros Estados vecinos han abierto su casinos, ha sufrido más que ninguna otra”, comenta el profesor McGowan.

En el mismo periodo, los establecimientos de Nevada han mantenido sus ingresos o incluso los han aumentado. Ningún casino indio tiene la oferta de Las Vegas ni unos precios tan competitivos, sobre todo cuando la competencia global se acentúa. El enclave chino de Macao, capital del juego en Asia, está experimentado un crecimiento muy rápido. El profesor Schwartz calcula que el total de recaudación anual de todos los casinos en Estados Unidos ronda los 70.000 millones de dólares. Macao, con 35 casinos, roza ya los 50.000 millones.

Aunque la crisis de Atlantic City no sea trasladable a Nevada, lo cierto es que aparecen síntomas de fatiga en el negocio en diversos puntos del país. Los cierres y reducción de ingresos también han golpeado en Misisipí, Misuri y Iowa. Algunos Estados se están replanteando sus decisiones al respecto. En Massachusetts, los votantes decidirán en noviembre si se deroga una ley de 2011 que legalizó los casinos. Sin embargo, incluso los analistas más pesimistas dicen que algunos casinos de Nueva York pueden cosechar grandes ganancias, en particular los que están cerca de la ciudad y de sus 50 millones de turistas al año. “Los nuevos objetos brillantes nos atraen a todos", señaló en la prensa Geoff Freeman, director ejecutivo de la American Gaming Association. “La pregunta es qué sucede cuando el cartel de Gran Apertura se retira”.

Más casinos en Nueva York

Los ciudadanos del Estado de Nueva York han aprobado recientemente la construcción de siete casinos en el Estado en los próximos años. Tres de ellos podrían ubicarse en el área metropolitana. Los sueños del gobernador demócrata Andrew Cuomo vislumbran cuatro hoteles casino abiertos a principios del próximo año, nuevos ingresos, miles de puestos de trabajo y una inyección revitalizadora para zonas deprimidas del valle del río Hudson . “Nueva Jersey tiene casinos, Connecticut tiene casinos, Pennsylvania tiene casinos. Nosotros tenemos la gente, una hemorragia de gente que cruza las fronteras para ir a jugar. Si tenemos nuestros propios casinos, el dinero se quedará en este Estado”, explicó Cuomo.

Pero los analistas, economistas y empresarios del juego advierten de que el negocio sufre los efectos de una dura competencia, si no saturación, incluso en él una vez rico mercado del Noreste. Los casinos de Atlantic City cierran y otros, como Foxwoods, en Connecticut, recortan sus gastos. La imagen del juego como un surtido seguro de dinero ha pasado a mejor vida. Nadie ve con buenos ojos los planes de Cuomo. “Ha llegado quince años tarde a la partida”, declaró Harold L. Vogel, un analista de la industria del juego.
Incluso la posibilidad de situar los establecimientos cerca de Manhattan ofrece alguna que otra duda, sobre todo por la proximidad de otros. Nueva Jersey, por ejemplo, planea abrir locales de máquinas tragaperras en Jersey City, al otro lado del río Hudson. La decisión de colocar los enclaves en zonas deprimidas, como los Catskills, es buena sobre el papel, pero los inversores prefieren zonas más desarrolladas. Por ejemplo, la perspectiva de un casino en Orange County, a menos de una hora de Manhattan, ha perjudicado la posibilidad de hacer otro en los Catskills, donde se veía como una vía de revitalización. Sólo tres competidores aspiran a la licencia en los Catskills; seis a la de Orange County.
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Atlantic City comenzó el año con 12 casinos, pero antes de que finalice el verano, tendrá solo ocho. La contracción que padece se debe a varias causas pero la más obvia es la competencia cada vez mayor en los estados vecinos. 

En fin, suscribo todo lo que se dice en el artículo del País pero con matices sobre Macao. La crisis y la sobresaturación de los casinos no solo afecta EEUU, sino también está empezando afectar a Macao que lleva tres meses consecutivos con caídas de ingresos de juego. 

Tal como puede verse en el gráfico superior, los ingresos del mayor hub de juego del mundo, Macao, han caído en agosto el 6,1%, lo que supone la tercera caída mensual consecutiva este año debido a una caída de clientes VIP.

Los ingresos de juego de los 35 casinos de Macao descendieron en agosto de 30,7 mil millones de patacas del año anterior a 28,9 millones de patacas ($ 3,6 mil millones) este año, según datos publicados ayer por el gobierno de Macao.

En los últimos tres meses, los ingresos de juego se han desplomado a mínimos no vistos desde 2009.
Sin embargo, los analistas esperan que crezca la demanda en los próximos meses de un gran número de jugadores directos, de los llamados visitantes del mercado de masas, en vez de los grandes jugadores de altos vuelos que van normalmente a través de compañías junket o intermediarios que se llevan grandes comisiones.

Conviene que reguladores y empresarios de estas latitudes tomen buena nota de lo que está sucediendo en otros lugares del mundo. Es imprescindible que definan una atractiva y disruptiva estrategia que les permita no solo situarse y capear la sobresaturación de oferta de juego si no destacar, porque de otra manera les va a resultar imposible atraer visitantes internacionales en este mercado cada vez más competitivo y globalizado...

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